Colombia es diversa en todas las categorías: en
cultura, en economía, en grupos humanos, en paisajes. Cada departamento es
múltiple en sí mismo, gracias a su ubicación geográfica. Nariño, departamento
suroccidental, tiene en su territorio playas al mar, cordillera, nevado,
lagunas, y una población que en su mayoría es mestiza y negra.
Debe su nombre
al Precursor don Antonio Nariño Álvarez, quien fuera el primer presidente de
Colombia. Nariño tiene 64 municipios, la mayoría de ellos ubicados en la zona
cordillerana y su población total no alcanza los dos millones de habitantes. La
historia de este departamento está marcada por radicales contradicciones; pues
durante la época colonial fue asiento de criollos que establecieron sus
propiedades en las laderas; y una gran mayoría de esclavos, libertos de los
trabajos en haciendas y minas, que se asentaron en las tierras de costa, en
Tumaco y municipios aledaños. En tiempos de la Independencia, fue Pasto
(capital de Nariño) uno de los bastiones que se opusieron a la lucha patriota,
por enfrentamientos crueles entre los criollos que buscaban seguir son sus
privilegios coloniales y los indígenas, especialmente los quillacingas, quienes
preferían un rey lejano a un tirano en sus propias tierras. Por eso se
declararon férreamente realistas.
Son vistosas y variadas las festividades que animan a
los habitantes de esta región; como la Fiesta de las Fronteras en Ipiales y el
Carnaval de Tumaco. Pero el Carnaval que atrae la gran mayoría de visitantes
nacionales y extranjeros es el Carnaval de negros y blancos, celebrado en Pasto
durante los días 1º al 6 de enero de cada año.
Su origen se remonta a los tiempos de la Colonia,
cuando por un bando real se otorgó a los negros esclavos un día de “vaco” o de
libertad, para que se divirtieran y desfogaran sus energías con bailes y
comparsas. Ese día era el 5 de enero, para homenajear al Rey mago negro. Pero,
con el paso de los años se instituyó la fiesta de los blancos, al día
siguiente.
En realidad, las fiestas empatan con todo el mes de diciembre,
iniciando el 7, con la fiesta de las velitas.
El día de los inocentes es especialmente
celebrado con el “baño de agua” a todos los transeúntes y después del 31 los
desfiles que en fundamento son principalmente tres: El carnavalito, con
participación de los niños, el desfile de las carrozas, que son el atractivo
principal por la vistosidad de inmensas carrozas de hasta ocho metros, llevadas
por camiones y portando alegorías que son fruto de la imaginación y creatividad
de los pastusos -artesanos por excelencia, y el tercer atractivo es la Familia
Castañeda, una estampa folclórica que desde su creación atrae todas las miradas
por su picaresca.
El día 5 todos se pintan de negros y gritan “¡Que vivan los
negros!” y el 6 todos se empolvan sus rostros de blanco y gritan “¡Que vivan
los blancos!” Es una fiesta que vale la pena conocer y disfrutar.
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¡Muy bueno, pues!
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