El cacao criollo colombiano es reconocido mundialmente por su aroma y sabor dulce.
El
cacao fino, de aroma, puede ser aprovechado al 100%. Los granos de cacao son
utilizados para la elaboración de chocolates finos y otros productos de
confitería. La manteca de cacao es demandada por las industrias de cosméticos y
fármacos como materia prima, y la cáscara es aprovechada para la
elaboración de compost.
Los
cacaos de este tipo descienden de los cacaos criollos y trinitarios muy
apetecidos por su sabor suave y el aroma: floral, de malta o nueces.
Estas características especiales de aroma y sabor no solo dependen
del tipo de cacao, también influye la composición del
suelo y las condiciones climáticas de la región.
Colombia
ofrece muchas posibilidades de inversión en el sector cacaotero. A nivel
nacional se mantiene una respetada tradición por el consumo de chocolate en
tasa, que sobrevive hasta nuestros días; el cacao ha sido cultivado por la
mayor parte de los campesinos para pancoger, con plantaciones
esporádicas. Actualmente el sector cacaotero es uno de los más prometedores del
país. Su producción y exportación son apoyadas por los gremios representantes;
FEDECACAO- y la Cámara de Industria de Alimentos de la ANDI. Para finales de
este año, la Federación Nacional de Cacaoteros busca promover el sector con
nuevas plantaciones de cacao; para dar así, un paso al aprovechamiento de las
tierras aptas para el cultivo. Son más de 10.000 hectáreas renovadas. Sin
embargo, estas nuevas plantaciones se demoran para producir el primer
grano de cacao aproximadamente 10 años.
A partir del grano de cacao, se produce
el licor de cacao para la elaboración de diversos productos derivados, como la
pasta de licor de cacao y jugo de cacao. Otro derivado, como la cáscara se
utiliza en el campo agropecuario. La industria del chocolate se caracteriza por
desarrollar productos especializados con fuerte imagen de marca. La
tendencia mundial se enfoca hacia un producto saludable y orgánico, con una
distinción por su calidad y sabor. En el país se producen las especies de
mejor calidad; convirtiendo el escenario colombiano, en uno de los más
interesantes para la inversión en el sector.
África
es el principal productor de cacao en el mundo. Sin embargo, sólo el 7% del
cacao producido a nivel mundial se caracteriza por ser distintivo como “cacao fino
y de aroma”. Este tipo de cacao es nativo de Suramérica.
Sur
América presenta la ventaja absoluta se mantiene como el único productor de
cacao fino. Exporta principalmente grano de cacao y cacao semi-procesado.
En la categoría de productos semi-elaborados es el mayor exportador
de subproductos, como la torta de cacao, la manteca de cacao, el polvo y el
licor de cacao; lo que representa un 14% de las exportaciones totales
realizadas en el 2014, según informa Anecacao.
Según
la Organización Internacional de Cacao, en Europa se consume la mitad de todo
el chocolate del mundo; la demanda se incrementa en países como: Holanda, el
principal consumidor, junto con otros países como Alemania y Bélgica, que
representan los más grandes compradores del continente europeo.
El
chocolate fino de alta calidad está tomando fuerza en mercados como Estados
Unidos, donde los consumidores prefieren los productos certificados, orgánicos
y cuya producción corresponda al cacao con certificación de comercio justo
(Fair Trade). Este es el más demandado al igual que los derivados que
provengan de este tipo de cacao.
Baltimore, Nueva York, Filadelfia, Delaware y Wilmington son los
principales destinos de exportación, en donde se concentra la mayoría del cacao
orgánico. Este tipo de cacao es muy apreciado en los 50 estados donde se
procesa y manufactura este producto. En Estados Unidos la mayor
capacidad se concentra en Pennsylvania e Illinois.
China,
es un mercado emergente que pone en
déficit la producción de chocolates a nivel mundial. Asia y el Medio Oriente
crecen a un ritmo gradual. Su consumo de chocolates es un segmento poco
explorado, que ahora abre puertas con los nuevos productos de confitería. Se
espera un crecimiento del 5% anual en los próximos cinco años, hasta el 2018.